Yo Cecilia García Márquez, pero autonombrada Cecilia García Arocha porque no quiero ni a mi mamá. Condenada al desprecio eterno de la humanidad. Por respeto a la tradición y no porque de verdad aprecie a alguien como tenerlo como heredero, antes de morir no puedo hacer más que legar mis bienes a través de este testamento:
A la ciudad de Caracas dejo:
Una cerca electrificada para que ningún plebeyo, maloliente de las clases populares ose ingresar a nuestra sacrosanta UUUCV.
A la casa que vence las sombras le dejo:
Torretas con guardias armados de fusiles con mira telescópica, vallas electrificadas y perros adiestrados para matar. De eso modo enfrentar a los enemigos de la academia que pretenden estudiar algo más allá de lo que establecen nuestros incuestionables pensa
A mis colegas les dejo:
El nombre de la marca de detergente en donde podrán obtener un título de doctor en tiempo récord.
A mis queridos hijos: Stalin, Ricardito y Roderick les dejo:
La fortuna horadada durante mi impecable gestión como desfalcadora del presupuesto universitario. Si algo le pasará a Stalin, todo pasará a manos de Ricardito, si algo le pasará a Ricardito, será Roderick el heredero. Mientras estén vivos los tres podrán disfrutar del dinero en una mesa de la unidad.
A los estudiantes disidentes les dejo:
Una chorrera de expedientes abiertos para que tengan escarmiento y se dejen de estar inventando transformaciones universitarias. Y si no creen que esto va en serio, allí tienen ya un grupo de estudiantes expulsados para que respeten y sean serios.
Espero que mis dignos herederos hagan uso apropiado de mis bienes y cumplan mi última voluntad.
(*)Enviado por el usuario Marzo Veintiocho del Facebook
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