La V Internacional y el programa socialista (I) El hielo está roto (Martín Moreno)

sábado, 17 de abril de 2010 |


Primera de dos partes acerca de los elementos hacia un programa socialista para la V Internacional

Introducción

Este abril originario, cuando en Caracas ardan los fuegos por el Bicentenario, habrá un invitado de honor en las cabezas y en los corazones de millones. Ese viejo fantasma que Marx y Engels declararon por primera vez al mundo: la Internacional.

La V Internacional ya ha sido proclamada. El hielo está roto. El surco está abierto. La Internacional, porque es una necesidad antes que nada, ya es, existe, vive y crece en la mente y el corazón de millones de trabajadores de la causa revolucionaria en todo el planeta. Anuncia un mundo nuevo. Ha sido echada a volar. Nadie puede detenerla ya. Vive más allá del monte Avila, en la intifada de Gaza, en los desiertos del Sahara occidental, en las revueltas griegas, en las luchas estudiantiles argentinas, en los paros nacionales de México, en las llanuras montañosas de Nepal, en las demostraciones en Lahore, en millones de recamaras, habitaciones, cuartos obreros de todo el mundo, en los cybercafés donde un revolucionario en cualquier lugar del mundo se conecta o n line y une su destino a los pobres de la tierra, como dice el canto….

Una Internacional auténticamente revolucionaria siempre se construye desde abajo, desde la teoría revolucionaria, desde la lucha, desde la necesidad y la esperanza, desde la acción militante en las calles, fábricas, escuelas y campos, desde esa misma Ciudad de la Esperanza del Distrito Federal de México a la roja rojita Caracas, desde la siempre revolucionaria La Habana a la insurgente Managua, desde la revolución pendiente en los Estados Unidos de Norteamérica a la combativa La Rioja argentina, o a ese Montevideo donde hace tiempo una generación abrazó la causa revolucionaria para romper la historia a favor de los más desfavorecidos, desde la Guatemala mártir de la Marcha de Dolores a las concentraciones combativas sindicales de FENASTRAS y en memoria de Monseñor Romero en San Salvador, desde ese Perú de Ayacucho con 6,000 miembros democráticos de las fuerzas armadas marchando por los Andes, levantados contra Fujimori….. Esa es nuestra América, la misma de Bolívar, San Martín, Sucre, Morelos, Artigas, Morazán, Tupac Katari, Tupac Amaru, José Martí, Cesar Augusto Sandino, Carlos Fonseca Amador, Farabundo Martí, del comandante Guevara, la de Salvador Allende, de Luis Emilio Recabarren, Camilo Torres, la misma de Celia Hart Santamaría……

En ésta, nuestra America Latina, la revolución no es una tarea del porvenir. Es presente alzado. Hoy, el futuro del mundo, por tanto de la civilización misma, sin un ápice de exageración, se decide en las ciudades y campos de América Latina. También el futuro de los Estados Unidos de América y el de la propia Europa, que marcha con otras realidades, otros tiempos, otros ritmos ante la nueva era. Una derrota ante la descomposición capitalista sólo puede ofrecer un camino: la barbarie, idea anticipada brillantemente por Engels. Así que esta batalla, a ganar con las armas de las ideas en primer lugar, es sí o sí. No hay de otra.

La V Internacional anda. Cabalga por América Latina, con el viejo sueño de Bolívar en el puño, y también por los cinco continentes. Su tarea histórica es enterrar en el mar al capitalismo y sus imperialismos. Hasta alumbrar la verdadera historia de la humanidad, hasta colocar en el cesto de la basura de la historia los horrores sin fin de la sociedad dividida en clases: miseria, hambre, explotación, opresión, desempleo, egoísmo individual, burocratismo, boliburguesía, las injusticias, la guerra, la destrucción del planeta, los efectos devastadores de los fenómenos naturales por la falta de planificación…..

Se puede pensar que la V Internacional es un camino largo. En cierta forma, es verdad. En realidad, no hay camino. En los versos libres del poeta español Antonio Machado “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.

Una situación revolucionaria no es un día, un instante, ni un mes. Es un proceso, con un periodo de tiempo suficiente para que haya varias oportunidades (puntos de inflexión) donde la situación puede decantarse en un sentido u otro depende de la firmeza y decisión de la dirección, de la acción de las masas, de la correlación de fuerzas lograda con el trabajo preparatorio anterior y otras factores. O revolución o contrarrevolución. Ese es el dilema. Hace mucho tiempo el revolucionario ruso León Trotsky afirmó esa profunda idea de que la crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de la dirección del proletariado.

Del mismo modo, el surgimiento de una Internacional nunca ha sido cuestión de meses sino mas bien de años. La paciencia, la capacidad de aguante, es la gran virtud para la revolución. La impaciencia, su fatal error. La Tercera Internacional tardó en nacer desde la Conferencia de Zimmerwald hasta 1919 y la IV Internacional, desde 1933 hasta 38, en distintas aproximaciones sucesivas. La V internacional, apenas cumplirá cinco meses de ser alumbrada la idea. Existe, es y está en gestación. Se puede afirmar que no existe a dia de hoy partido de la izquierda mundial que no cuente ya en su seno con simpatizantes y seguidores de la V Internacional, propagando como el viejo topo de la historia las ideas que la Internacional ha vuelto a reivindicar, a dar su justo lugar de honor en la historia presente y darles de nuevo vida en la acción de masas a términos como “revolución”, “socialismo “ “internacionalismo”. No es poco. Tal empresa no es para nada menor.

Los postulados de la Internacional

Para los que provenimos de las tradiciones en torno a la bandera roja del marxismo revolucionario hay varios postulados que defendemos propuestos a debate democrático. El objetivo de la V Internacional es la revolución socialista mundial. Su método: el materialismo dialéctico. Su programa: el marxista. Su lema: ¡total libertad en la discusión, golpear juntos!

La V Internacional retoma y hace retomar las ilusiones de las masas y ofrece una nueva perspectiva, una nueva y vieja bandera a la vez, la bandera de la democracia obrera: antiimperialista, anticapitalista, socialista, antisectaria, antiburocrática, con mayor énfasis en este tiempo en la democracia que en el centralismo, unificadora en la acción del movimiento obrero mundial y los movimientos juveniles y sociales mundiales, marchando juntos. 

La V Internacional retoma el aglutinamiento de organizaciones que provienen de tradiciones tan diversas, en su mayor carácter de movimiento, como sucedió en la I Internacional; de la Segunda Internacional, en los tiempos del viejo Engels, adhiere su carácter socialista y la conjunción de los grandes sindicatos obreros de masas con las secciones de la Internacional; de la III Internacional, el haber sido convocada a partir de un partido de masas como el Partido Socialista Unido de Venezuela, del mismo modo que entonces hiciera el Partido Bolchevique; y enarbola, de la IV Internacional, lo perenne de su Programa de Transición. 

La V Internacional lucha por el libre agrupamiento de los trabajadores de todo el mundo, por la libertad sindical, contra las leyes antidemocráticas en paises que obligan a que sea el gobierno de turno el que conceda “legalidad” al libre derecho de agrupación sindical, de esa clase obrera en cualquier latitud en lucha contra los métodos del gangsterismo sindical.Se pronuncia por el combate y la autodefensa contra los métodos represivos de estados, patronal y burocracias oficialistas en Estados Unidos, Latinoamérica, Africa, Asia y Europa.

Ante la crisis del capitalismo, no hay “terceras vías”, no existen “nuevas vías”, ni “new labour”. Todas están viejas recetas han caducado a la luz de la historia. Es socialismo o barbarie. Tal es el dilema de nuestro tiempos. Ningún trabajador en el mundo, ninguna clase social queda al margen de esta disyuntiva.

En La V Internacional se inscriben algunos postulados fundamentales: llamar a las cosas por su nombre; no ocultar nada a las masas, fuera el secretismo, que suele cobijar a diferentes variantes burocráticas en un caldo de cultivo idóneo para su desarrollo, que haya desde el primer día luz y taquígrafos; no buscar atajos, manteniendo siempre el método de la paciencia revolucionaria y huyendo de la impaciencia y de la rutina; mantener el sentido de la proporción; confiar totalmente en nuestra clase; no intentar imponer una cierta táctica general sin tomar en cuenta las particularidades, el ritmo, la lógica de la lucha de clases en tal zona o país del mundo, audacia y mas audacia junto a organización y mayor organización; no simplificar la realidad; no acusar a la clase de ser incapaz de elevarse a las ideas revolucionarias ni pretender tutelarla como si de un menor de edad se tratara. Nunca nadie se debe presuponer alejado del movimiento hasta que él mismo no quiera saber nada o se pase al enemigo de clase en declaraciones y acción o cometa una pena grave realmente comprobada como robo u otras.

Sectarismo y oportunismo, dos caras de la misma moneda se dan la mano y perecen ante su atomización, en esa cinta de Moebius, ese infinito convertido en símbolo, sin fin del escisionismo y la parálisis. Hoy como ayer y como mañana, los procesos históricos de la lucha de clases seguirán pasando por las organizaciones tradicionales, creadas por nuestra clase con mucho esfuerzo, sacrificio, sangre, sudor, tradiciones, incluso transmitida en las familias de generación en generación, símbolos…. Como ley general que la historia nos muestra, en los países donde se da la existencia de dos partidos a través de los que se expresan los trabajadores los procesos de debate, critica, izquierdas socialistas, de refundación marxista, reformismo de izquierda y centrismo en términos marxistas, el surgimiento y la participación de los trabajadores en las olas pre revolucionaria y revolucionarias se dará en ambos partidos, con diferente cantidad de participación y ritmo, de forman no uniforme por todo el país, teniendo en unas localidades más fuerza una de las dos herramientas organizativas y en otra, lo mismo podrá ser su complementaria, desde el punto de vista unitario del marxismo. La forma, en este caso, no es fondo.

“La emancipación de los trabajadores será obra de ellos mismos“. “Los marxistas no formamos un partido aparte de donde están las masas organizadas“. Nunca olvidemos tales postulados, que forman parte del legado de las ideas más vivas de lo más avanzado del movimiento, y que ahora son retomados por la V Internacional, procedentes de los primeros dias de aquella Primera, que a pesar de sus débiles fuerzas dio con valentía el paso adelante necesario históricamente y sentó las bases para el futuro.

(Fin de la primera parte..)
Título de la segunda parte: La V internacional y el programa socialista (II) Puntos para el Programa

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