Cuando nuestro pueblo lloró (Por: Ramón Badaracco en aporrea.org)

sábado, 3 de abril de 2010 |


El profesor Héctor Granados, dice en su trabajo “Réquiem al PSUV” publicado en el diario REGION del 29 de mayo del año en curso, que: “En el 2012 perderá las elecciones y cuando se vea reducido a unos pocos (porque así obra la perdida del poder) observará como esa pandilla de sinvergüenzas, que hoy medra en el poder, se marcha hacia otros derroteros impúdicos”.

Aunque la cuestión principal del artículo del prof. Granados, es la ideología que mueve al PSUV, que Chávez llama Socialismo del siglo XXI, y el profesor con cierto dejo de desprecio, dice que es “una manipulación militarista odiosa”, lo que parece significar que a esos profesionales venezolanos no les perdona la vida; sin embargo, tanto el PSUV como el Presidente, están convocando a todos los pueblos de la tierra y especialmente a los intelectuales, para definir conductas y políticas ante los fenómenos sociales, económicos, climáticos, geográficos y atmosféricos, que se están produciendo en nuestro amado vehiculo espacial; dado el fracaso del sistema capitalista y liberal, por lo cual debe entenderse, que la doctrina que debe resultar de este proceso mundial, será más humano y aceptable, y fue definido por el Libertador, cuando dijo que el mejor sistema es aquel que logra dar al pueblo la mayor suma de felicidad posible; y esa es la meta. 

Pero hay una especie de rabia contenida por el hecho de que el pueblo venezolano y de otros países, tengan a Hugo Rafael Chávez Frías, como líder de ese movimiento, que alguna persona tenía que ocupar. Entonces el liderazgo fracasado, intenta eliminar al líder, pero no se organizan para usar la vía democrática, no van a elecciones, no quiere ocupar puestos en los congresos, ni nada que se le parezca, no, al contrario se retuercen como una culebra tocada por un bastón eléctrico. 

Los opositores se vuelven ciegos, sordos e insensibles. Si algo aprendió el Presidente de Cristo, es que “Obras son amores y no buenas razones”, por eso su interés en hacer obras, en enseñar a su pueblo, en dotarlo de todos los instrumentos para el trabajo, en recuperar los campos, la agricultura, la ganadería, las pesquerías, las minas, y sobre todo el petrolero, el gas y las industrias que lo procesan. No hay nada que ataje la voluntad indoblegable de Chávez y eso es lo que nos gusta y nos congrega. 

Indudablemente el prof., no se refiere al pueblo de Venezuela, cuando dice “pandilla de sinvergüenzas, ya que el sabe mejor que nadie que los que apoyan la revolución socialista son la mayoría, y porque nuestro pueblo está acostumbrado a dar la vida por sus ideales; nuestra historia esta llena de conductas ejemplares de este pueblo.

Es cierto, apreciado amigo, que este pueblo lloró por impotencia, en las puertas de Miraflores y en todos los rincones del País, cuando el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, fue secuestrado con orden de matarlo; pero ese llanto presagiaba la marcha triunfal de la revolución socialista. Ese llanto fue como los temblores de Páez antes de las batallas; después sonaba el clarín de la victoria. 

En 1945 Acción Democrática convocó al pueblo de Venezuela para una experiencia socialista, y el pueblo respondió masivamente. Sus líderes fueron perseguidos durante años, por las dictadura gomecista y el gobierno de Pérez Jiménez, la sangre de sus mártires aun riegan la buena tierra. Los líderes de segunda generación traicionaron sus ideales, y todo el pueblo se conjuró para destituirlos. Nadie dijo jamás que ese pueblo, que ocupó todos los cargos públicos, que lo abarcó todo, que tuvo todo el poder, que manejó a su antojo el erario público, que disfrutó en familia toda la riqueza y la despilfarró, dejándola casi exhausta, nadie dijo que estaba formado por sinvergüenzas.

El pueblo venezolano, tomó entonces el poder, el Congreso, las asambleas legislativas, los concejos municipales, se llenaron con las voces del pueblo; por cierto la voz que más se escuchaba era la del poeta cumanés Andrés Eloy Blanco, cuya voz socialista rescataremos para que continúe su enseñanza de patria grande,

patria continental: “La Patria es América”. El predicaba el amor al pueblo, al pueblo sin distingos de raza, credo o condición social.

Ese pueblo nunca pensó que su suerte estaba ligada a la muerte de algún líder, a la prédica del odio entre los venezolanos; ese pueblo se organizó en partidos que se confrontaban en las urnas electorales. Dirimían su liderazgo y ganaba el que llegaba al pueblo con mensajes sociales y políticos, bien hilvanados, salían por todas partes a buscar los votos; así ganó Rafael Caldera y Luis Herrera, que representaban a la Iglesia y a la Oligarquía, pero predicaban una doctrina social, que gustó al pueblo y el pueblo voto por ellos como alternativa. Debo recordarte que en las primeras elecciones AD tenía amarrado el 90% de los votos, URD y COPEI se repartían el otro 10%.

Los opositores de esos tiempos no les importaba ser la minoría, sus miras estaban en el poder pero tenían principios y luchaban por principios.

Ahora respetado amigo, la oposición quiere el poder a como de lugar, y su credo se basa en eso, eso que tu manifiestas. Para ti Chávez es un dictador que como no puede ser derrotado limpiamente hay que acabarlo a como de lugar, como decía desde Miami Orlando Urdaneta, un fusil con mira telescópica basta y sobra, y de paso dio la orden de disparar, pero para qué, para poner en su lugar a cualquiera, por ejemplo a Carmona, y que este permita, suprimiendo los poderes y las leyes, ponerle la mano a los 40 mil millones de dólares y a las ilimitadas riquezas que alguna vez disfrutaron.

Nuestro pueblo es igual a todos los pueblos organizados de la tierra, hay de todo, pero el nuestro gana en generosidad, y Chávez es un representante inigualable de nuestro pueblo, de su vocación de servicio, de su mano generosa, porque este pueblo en sus manos es capaz de arrollar todos los obstáculos, como le decía el Mariscal Sucre a Bolívar. Con este pueblo podemos conquistar al mundo, pero para su bien, no para su mal, para la libertad no para la esclavitud, para el trabajo y la producción, no para dejarlo morir de hambre y sed, para la justicia, no para la opresión. Por todo eso NUESTRO PUEBLO LLORO. 

cronista40@hotmail.com

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