Caracas, 03 Abr. ABN (Emma Grand).- Los gobiernos venezolanos que precedieron al de Hugo Chávez sabían de la necesidad de tener para el año 2000 una central nuclear en funcionamiento para proveer al país de energía alterna a la provista por la central hidroeléctrica del Guri.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) recomendó en 1978 al gobierno venezolano la utilización de esta energía debido a que sus estudios indicaban que la producción a través de la hidroeléctrica llegaría a un máximo y se estancaría en 1993, reveló Marcel Roche en un artículo que publicó en 1981 en la revista Interciencia del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic).
Esta recomendación tuvo el apoyo de la Dirección de Energía Atómica (DEA), institución venezolana (adscrita actualmente al Ministerio del Poder Popular para la Electricidad) que representa al país ante la OIEA. La DEA fue constituida a mediados de los setenta del siglo XX como el Consejo Nacional para el Desarrollo de la Industria Nuclear (Conadin).
La sugerencia de ambos organismos rectores en materia nuclear para fines de los setenta era que Venezuela pensara en implementar la energía atómica como fuente alternativa a la generada por el agua y los combustibles fósiles.
Energía nuclear para todos
La energía nuclear es otra forma de generación de corriente eléctrica, como lo hace el agua en movimiento (hidroeléctrica) y los combustibles fósiles quemados (termoeléctrica).
Esta forma de energía se genera en una central nuclear que en lugar de quemar carbón o gasolina, como lo hacen las plantas termoeléctricas, quema uranio, mineral que se extrae en minas, o plutonio, que no existe de manera natural, es un elemento sintético que se genera en los reactores.
También existe el thorio, que se extrae en minas y es un mineral que estudios han indicado que puede sustituir al plutonio y al uranio. Actualmente no existen reactores nucleares comerciales que utilicen este mineral, pero existen planes para construirlos.
Venezuela se abastece casi totalmente de energía hidroeléctrica, sólo el embalse del Guri, al sur del territorio nacional, provee al país el 70% de la electricidad que requieren los venezolanos. Pero la fuerte sequía de 2009, que se ha extendido hasta comienzos de 2010, ha puesto a prueba esta forma de generar energía eléctrica en el país.
Eduardo Greaves, experto nuclear venezolano y docente en esta materia de la Universidad Simón Bolívar (USB), señala que la energía nuclear es una forma limpia de generar electricidad y se “pueden generar grandes cantidades sin producir CO2, como lo hacen las termoeléctricas que queman combustibles fósiles”, dice Greaves.
Venezuela incursiona en producción de energía limpia
El presidente Hugo Chávez declaró el pasado viernes durante la visita a Caracas del primer ministro ruso Vladimir Putin que Venezuela está dispuesta a comenzar un proyecto para desarrollar una primera central nuclear con fines pacíficos.
“Hemos conversado el tema y estamos dispuestos a comenzar a elaborar el primer proyecto para una central de energía nuclear obviamente con fines pacíficos”, dijo Chávez durante la firma de acuerdos con el Primer Ministro ruso.
El 26 de noviembre de 2008 el gobierno de Venezuela suscribió, en Caracas, con el de Rusia un convenio de cooperación en el uso de la energía nuclear con fines pacíficos. El 4 de Mayo 2009, en Gaceta oficial N° 68.817, salió el Convenio firmado entre Venezuela y Rusia en materia de energía nuclear con fines pacíficos.
Este convenio destaca la producción industrial de componentes y materiales para su uso en reactores nucleares; de radioisótopos y sus aplicaciones en la industria, en la medicina y la agricultura. También refiere sobre la seguridad nuclear y la evaluación de la influencia radiactiva de la energía nuclear en el ambiente. Además del compromiso a la exploración y explotación de yacimientos de uranio y de thorio y su utilización con fines pacíficos. Desarrollo de infraestructura para energía nuclear y de legislación en el campo del uso de la energía atómica con fines pacíficos. La cooperación se realizará con investigaciones conjuntas y formación de equipos de trabajo entre ambas naciones para la ejecución de proyectos científicos, así como preparación de personal, suministro de equipos e intercambio de información.
En el acuerdo se prohíbe el uso de esta tecnología para armas nucleares, ambos países se someten a la autoridad del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y limitan el enriquecimiento del uranio U235 a 20%. (Enriquecimiento de los reactores de experimentación).
Minas de uranio
A principio de los años ochenta, con la Conadin, en el país se realizaron prospecciones de uranio, y las muestras eran medidas en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y en el reactor nuclear del IVIC por el método de neutrón retardado, cita el artículo de Roche.
Asimismo, el grupo de físicos nucleares de la USB ha detectado uranio en el país con instrumentos que miden la radioactividad. “Se ha hecho prospección en los estados Táchira y Bolívar”, señala Greaves.
En Venezuela se puede encontrar thorio en Cerro Impacto, un yacimiento ubicado en la selva del estado Bolívar, que se descubrió en el primer gobierno de Rafael Caldera a principio de los años setenta, y que luego fue declarado patrimonio nacional.
“Es un yacimiento muy rico, en esa época estimé que el contenido de Cerro Impacto era muy superior al de la Faja Petrolífera del Orinoco”, sentencia Greaves.
Reactor nuclear en Venezuela
Venezuela tuvo un reactor nuclear de estudio, denominado RV1 (3 MW). Éste fue construido en la sede del IVIC a mediados de los sesenta del siglo XX y fue desmantelado dos décadas después por recomendaciones de la autoridad nuclear en Venezuela. Actualmente funciona como una planta de esterilización con radios gamma.
En este reactor nuclear se “producían radioisótopos para aplicaciones médicas”, recuerda Lila Carrizalez, jefa de la Unidad de Tecnología Nuclear del IVIC.
Los radioisótopos son elementos que se utilizan en la medicina nuclear, como en la radioterapia y la radiología. Con esta tecnología se garantiza un diagnóstico más preciso y tratamiento para enfermedades como el cáncer. Al no poseer este reactor nuclear, Venezuela debe comprar estos elementos a países como Argentina.
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