Su cuerpo fue enterrado este sábado 06 de febrero por la tarde, pero su voz se escucha en cada grito del pueblo que lucha por un nuevo país, sin castas privilegiadas, donde la riqueza se reparta equitativamente.
Su madre Bessy, lamentó la forma en qué fue asesinada, sus gritos en la Morgue traspasaban los muros de la impunidad, “mi niña no se merecía esto, cómo van a quedar sus criaturas”, dijo mientras relataba que dejó tres niñas, una de cuatro meses, la segunda de seis años y otra de ocho años.
Sus asesinos trataron de no dejar huellas en su cuerpo, no presentaba impactos de bala ni señales de cortaduras por arma blanca. El hermetismo de los empleados de la Morgue que no permitieron al COFADEH ver el cuerpo dejó más dudas.
Las llamadas constantes a celulares de familiares por el teléfono móvil de Vanessa, de un hombre que dijo ser el comprador de dicho aparato, despertó mucho temor en la familia.
Aún en su vela y sepelio la presencia militar y policial fue muy evidente, hombres armados vigilabn los movimientos de quienes solidariamente acudieron a decir el último adiós a Vanessa.
“Ella siempre estaba en la resistencia, hace cuatro meses cuando tuvo a su hijita, a los 25 días del parte, dejó la cama y se sumó a las diferentes acciones contra el golpe de Estado”, relató una de sus compañeras enfermeras.
El llanto y el dolor inundó a otra familia, la de Vanessa. Los familiares de más de 37 personas que han sido asesinadas, también esperan justicia, mientras los impunes preparan su coartada a través de su Comisión de la Verdad, para tender el velo de impunidad a los crímenes que han y siguen cometiendo contra el pueblo hondureño, desde el 28 de junio en que se derrocó al presidente Manuel Zelaya Rosales a través de un golpe de Estado.
El COFADEH ha documentado miles de detenciones ilegales, centenares de torturas, decenas de personas acosados por la dictadura y la continuación del golpe, así como más de 50 casos de exiliados políticos.
Vea informes de COFADEH.
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