El Marxismo ciencia de la revoluciòn

viernes, 5 de febrero de 2010 |

Había nacido la doctrina del cambio y la revolución, no como un conjunto de especulaciones ni de suposiciones antojadizas, sino como el resultado del estudio profundo, riguroso y crítico de todo cuanto había producido el pensamiento humano, hasta aquella época

El aparecimiento del marxismo a mediados del siglo XIX como respuesta científica para el análisis, la interpretación y la solución de las contradicciones de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano significó un viraje trascendente que dieron Carlos Marx y Federico Engels para el futuro de la humanidad. Había nacido la doctrina del cambio y la revolución, no como un conjunto de especulaciones ni de suposiciones antojadizas, sino como el resultado del estudio profundo, riguroso y crítico de todo cuanto había producido el pensamiento humano, hasta aquella época, analizado en sucesivas entregas por En Marcha, como fuentes más importantes para su formulación.

Carlos Marx en el Manifiesto del Partido Comunista como parte de su legado histórico revolucionario se refiere a la historia de las sociedades como la historia de la lucha de clases, como expresión de las contradicciones sociales, de unas clases contra otras, como exigencia para lograr condiciones de vida dignas y justas; de manera ininterrumpida, abierta o encubierta y como manifestación concreta de las transformaciones revolucionarias. En las condiciones históricas actuales en las que el capitalismo ha crecido hasta convertirse en imperialismo, estos antagonismos se han ampliado y profundizado bajo nuevas condiciones de opresión lo que plantea a los pueblos del mundo la necesidad de ratificar como válida y científicamente comprobada la lucha de clases como ley y fundamento social del marxismo.

A su vez Marx tuvo la acuciosidad de descubrir en la maraña de hechos, fenómenos y procesos de carácter social otras leyes que desde la comunidad primitiva han regido a todas las sociedades, sin excepción, y como concreción del carácter científico de su doctrina. De esta manera descubrió entre las múltiples leyes generales, particulares y específicas aquella que hace referencia a la correspondencia entre las relaciones sociales de producción y el carácter y nivel de las fuerzas productivas para encontrar en la falta de correspondencia la causa por la cual las sociedades entran en crisis y exigen nuevas relaciones sociales de producción. Bajo este análisis se comprende que la dialéctica, el salto cualitativo y las revoluciones sociales no tienen que ver exclusivamente con el buen deseo de las masas de explotados y oprimidos por cambiar sus condiciones de vida, sino que responden a condiciones objetivas y subjetivas que maduran a lo interno de las sociedades y sobre las cuales no existe posibilidad alguna de que los explotadores lo impidan. Si en el capitalismo la contradicción entre el carácter social de la producción y el aprovechamiento de la riqueza producida por los capitalistas significa una mayor dinámica de las fuerzas productivas, de la masa de miles y millones de trabajadores y su consecuente pobreza, los factores objetivos y subjetivos serán más patentes dentro de un acumular de fuerzas, que a la corta o a la larga producirá el estallido revolucionario para el cambio del capitalismo al socialismo. Esto Marx lo concibe en su doctrina bajo el hecho de que la burguesía como propietaria de los medios de producción y por la ambición de lucro que mueve a sus actividades crea a sus propios sepultureros, los miles y millones de proletarios quienes bajo las condiciones históricas del desarrollo capitalista expropian a sus explotadores los medios de producción y los socializan en provecho de toda la sociedad. Pero para responder a esta misión histórica que le tiene reservado el mismo sistema capitalista, el proletariado deberá unir y vincularse a los campesinos y demás capas y sectores explotados de los pueblos para hacer causa común y arrebatar el poder de manos de la burguesía e instaurar el suyo propio que no es otro que la dictadura del proletariado para desde allí poner en práctica su Programa de Gobierno y establecer el control y la dirección tanto del Estado como del proceso de producción, reprimir a los rezagos del poder burgués y establecer la economía centralizada como garantía de la adecuada distribución y utilización de los recursos que genere la nueva sociedad socialista, impedir el derroche y acabar con la corrupción.

Se entiende que el marxismo formulado por Carlos Marx y Federico Engels, enriquecido por V.I. Lenin y José Stalin, no es una doctrina que deba ser tomada como recetario o vademécum para curar los males sociales; es una doctrina científica, viva e insurgente que guía y orienta de manera científica a los trabajadores y explotados para terminar con la explotación capitalista a instaurar el socialismo y el comunismo en el mundo, debe ser tratada como ciencia de la revolución ajena totalmente a todo tipo de dogmatismo, como auténtica guía para la acción revolucionaria.

Tomado de: Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador

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