Reflexiones de los patrulleros (Hector Alfonso Peña Peña)

jueves, 4 de febrero de 2010 |

La Revolución Bolivariana es pacífica, no hay ningún ejemplo que pueda servir de referencia, esta razón requiere de su dirigencia, mucha exigencia de conocimiento y creatividad, imaginación y análisis profundo de la realidad donde actúa.

Debemos estar claros que todas las clases sociales están impregnadas de la ideología capitalista, caracterizada ésta por el individualismo y el egoísmo, cuyo objetivo principal de esta ideología capitalista es inducir al hombre o a la mujer a obtener el beneficio individual, no importándole a costa de qué o de quien, induce a conductas oportunistas, inconsecuentes e inconsistentes, no corren riesgos, retroceden de inmediato ante cualquier dificultad, saltan con facilidad la talanquera. La ideología capitalista, matiza la actividad humana, la cual podemos observarla en forma manifiesta en la calle, en el tránsito, en el trabajo y con mucha frecuencia en la actividad política.

De las reflexiones anteriores podemos deducir, que el liderazgo de nuestra Revolución Bolivariana, requiere que todos los niveles de dirigencia deben actuar sin ambigüedades, con posiciones teóricas y prácticas firmes y claras, que el pueblo las entienda, que las haga suyas, que las internise y que crea que vale la pena luchar por ellas.

Debemos insistir y profundizar la organización (PSUV, Concejos Comunales, Poder Comunal, etc.); el PSUV además de consolidar su organización debe nuclearse con verdaderos cuadros revolucionarios que se encarguen de organizar el pueblo, recoger su sabiduría, enseñarlo a ejercer el poder; que no se entienda estás reflexiones como sectarismo político o de preponderancia revolucionaria. Lo que se aspira con estas ideas es crear las bases ideológicas, teóricas y prácticas del socialismo, porque “nadie puede enseñar lo que no sabe y menos aun lo que no siente o lo que no ame”

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