Casas para resistir inundaciones ejecutan por autoconstrucción comunidades de Lara

martes, 14 de febrero de 2012 |

Cabudare, 03 Feb. AVN.- Casas modulares, que tienen como principal característica un sistema arquitectónico para afrontar con éxito las crecidas de agua de lluvia, se construyen en el sector Zanjón Colorao, del municipio Palavecino (Cabudare), del estado Lara, una zona propensa a las inundaciones.
Se trata de un modelo de casa propuesto a la Gran Misión Vivienda Venezuela por parte de esta comunidad larense y desarrollada originalmente por Pico Estudio de Arquitectura, colectivo revolucionario de arquitectos, ingenieros y estudiantes de ambas áreas, que tienen como principio la ejecución de proyectos de interés comunal.
Este concepto de casas modulares y contra las inundaciones, se materializa en un par de viviendas piloto que se levantan por autoconstrucción en el sector del municipio Palavecino antes mencionado que revela, una vez más, que las alternativas a la propuestas de viviendas tradicionales, son más que un sueño una posibilidad tangible.
Casas suspendidas que se adaptan a cualquier terreno
Uno de los integrantes de este colectivo, Marcos Coronel, explicó que la propuesta de la casa anti-inundaciones surgió de un concurso convocado por el Consejo Comunal de Zanjón Colorao para que se presentaran proyectos alternativos de vivienda.
Coronel dijo: "Participamos en el concurso y gustó el proyecto, para participar en la construcción de dos casas pilotos con conceptos alternativos a la edificación de las viviendas tradicionales".
Explicó que estas casas "proponen que se cambie la lógica del modo constructivo, como el concreto que genera muchos desperdicios, no ventilan la casa ni está adaptado al contexto donde se construye".
Agregó: "Desarrollamos el proyecto de acuerdo con la zona donde se erigiría. Nos dimos cuenta que este era un lugar propenso a inundaciones, por estar ubicado en las zonas bajas de Palavecino", uno de los nueve municipios del estado Lara, que forman parte del Área Metropolitana de Barquisimeto.
En esta propuesta de vivienda, el piso de la casa se suspende un promedio de medio metro sobre el terreno, lo que permite que el agua corra libremente en el momento que pueda producirse una inundación por la intensidad de las lluvias.
Es como un palafito, pero suspendido sobre el terreno. Sus bases son sólidas, de concreto y armaduras de hierro, mucho más sólidas y seguras que algunas casas, por lo menos de aquellas cuyas bases han sido erigidas sobre terrenos propensos a las inundaciones y que han sido víctima de éstas.
Casas modulares: Frescas, cómodas y resistentes
Coronel señaló que aparte de la suspensión "el concepto de la vivienda se centra en un sistema modular". Dijo que las casas "se configuran de acuerdo al espacio territorial que tenga el beneficiario".
Esto significa que las casas se adaptan al terreno que tenga la familia para construir. "Las viviendas pueden ser más verticales u horizontales, se pueden erigir en esquinas o en zonas más llanas".
Una de las casas piloto, que está actualmente en 80% de ejecución, es una vivienda de dos pisos, explicó Juan Carlos Castillo quien, al igual que Coronel, es estudiante del último semestre de Arquitectura en la sede de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en el núcleo Barquisimeto.
Castillo precisó que esta casa modelo es de dos pisos, de 89 metros cuadrados. Tiene un módulo de cocina, sala, recibo, dos cuartos arriba y uno abajo, también un baño en cada uno de los dos pisos. Incluye un área de servicio.
Explicó que en este proyecto "se trabajó con estructura metálica porque es más liviana y hace más eficiente los tiempos de trabajo".
Agregó que "esta propuesta es una vivienda fresca y cómoda. Hay una ventilación e iluminación natural. También se ha sido eficiente en el uso de los recursos".
Resaltó que "suspender la vivienda la hace, precisamente, más fresca y logra el aislamiento térmico al separarla del suelo, lo que evita la transmisión calórica. Hemos incluido paneles en sentido vertical, lo que permite una mayor frescura de la casa".
Los estudiantes de arquitectura señalaron que al principio hubo resistencia de sectores de la comunidad porque era una propuesta experimental. Luego se fue entendiendo y ganó confianza el proyecto en la medida que la casa se iba mostrando.
Para comunidad casas modulares son viviendas ecológicas
Ana Núñez y Mirtha Díaz son voceras del Consejo Comunal de Zanjón Colorao, una comunidad de 600 familias, de las cuales un promedio de 65 núcleos familiares requieren, con prioridad, una vivienda.
Núñez dijo que "al principio hubo resistencia y escepticismo por parte de algunos integrantes de la comunidad, también de adversarios políticos. Incluso por integrantes de instituciones del Estado".
Agregó: "Cuando la gente comenzó a ver las casas, se fueron empoderando del proyecto. La resistencia ha ido mermando poco a poco y ahora las llamamos casas ecológicas por cariño".
Resaltó que las familias que viven en zonas mucho más golpeadas por las inundaciones de lluvia, son las que ahora están más entusiasmadas con la aprobación de nuevos recursos por parte de la Gran Misión Vivienda Venezuela, para construir sus casas modulares.
Mirtha Díaz, por su parte, agregó que las dos casas pilotos y con sistema para resistir a las inundaciones, forma parte de un grupo de 20 unidades habitacionales aprobadas por la Gran Misión Vivienda Venezuela para esta comunidad, a través de la modalidad de autoconstrucción.
"La idea de mostrar estas dos casas es que nos aprueben más recursos para erigir nuevas viviendas de este tipo. Son más rápidas y no hace falta rellenar el terreno. No hacen falta cabillas".
"Tenemos fortalezas como comunidad para la autoconstrucción porque hay mucha y buena mano de obra calificada, especialmente personas que trabajan la herrería, aspecto fundamental para estas casas", cuyo costo se ubica en 72.300 bolívares.
"Aquí todos hemos aprendido, especialmente de este tipo de construcción", destacó Díaz, sentada en el lugar que será la sala de una de las viviendas modulares, mientras la familia Pérez, los beneficiarios de la casa, ofrecen café, galletas y mucho optimismo a los visitantes.
Toda la familia Pérez participa en construcción de su casa
En el lugar donde se erige actualmente la unidad habitacional modular había antes una casa tipo rancho, en la que vivía Juan Pérez, con su mamá y su hijo. La mamá de los Pérez ya no está. Se fue a vivir a otros mundos más celestiales, y el hijo de Juan reside, temporalmente, en otro lugar de la ciudad.
Al lado de la construcción habita la hermana de Juan, Ángela Pérez con su esposo José Colmenares, que es constructor y que se ha descubierto como artesano recientemente, así como sus hijos Argelis Colmenares de 21 años y Ángel Rivas, de 31 años, un joven especial.
"Tenemos toda la vida viviendo acá", dijo Juan. "La vida en Zanjon Colorao es chévere", agregó Ángela. "Esta comunidad siempre ha sido tranquila, aunque antes era más rural que ahora", dijo José, mientras los gallos y las gallinas no paran de cantar, como para contradecir al constructor y artesano.
A esta nueva casa modular y con sistema contra las inundaciones se vendrán a vivir todos, o casi toda la familia Pérez. Ángela dijo: "Nosotros salimos seleccionados en una asamblea como beneficiarios de una de las viviendas y nos gustó el proyecto de la casa ecológica".
Agregó: "El proceso de construcción ha sido muy bonito. Todos hemos aprendido. Todos hemos hecho de todo, en familia y en comunidad como Dios lo manda. Una lija, otro coloca detalles. Ha sido una lucha y un triunfo la construcción de nuestra casa".

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