Uno de mis sueños ya se realizò...

jueves, 21 de febrero de 2013 |

Turbado aún, en ese instante en que uno no sabe si está o no despierto, traté de recomponer el sueño. Me dormí y el libro se cayó y quedó tirado en el suelo. Marguerite Yourcenar siempre me ha fascinado. Es la tercera vez que leo "Memorias de Adriano", el emperador sustituto de Trajano.
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> Días antes había leído la transición al cristianismo en Roma. Los templos paganos fueron saqueados y profanados por instigación de Teófilo, el obispo de Alejandría. Se salvó sólo El Panteón, que fue reconvertido al cristianismo. Construyó Adriano este edificio.
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> En el lenguaje extraño de los sueños Adriano caminaba por el Panteón original, mientras yo lo hacía por Santa María de los Mártires, la iglesia que los cristianos fabricaron por dentro del Panteón; hoy, monumento de la Roma actual. En el sueño, Adriano se me acercó y me dijo: ¡Embajador, debo contarle algo!, y habló de esta manera:
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>   "Fue lento, Embajador, el proceso para suceder a Trajano. El emperador enfermó después de franquear el Éufrates. Tenía una fiebre maligna. Crito, su médico, se le instaló en su cabecera. Grave, muy grave, el emperador desembarcó en Cilicia. Desde allí, mediante documento suscrito con su firma, informó mi carácter de sucesor. En Roma, los charlatanes negaron que fuera su firma. Los calumniadores, más groseros aún, dijeron que era una maniobra de Crito, su médico. Plotina, su esposa, el ejército y un pueblo que aprendió a quererme, estaban convencidos que ese era su deseo. En mi caso, no era necesario ir a elecciones y, sin embargo, tuve que apagar convulsiones. Decisiones como estas no deben demorarse. El tiempo conspira contra la paz. Yo, heredé un imperio, pero ustedes heredan los odios de un imperio. Fuerza es firmeza. Sin ella no hay justicia. Fuerza y justicia evitan los excesos. Trahit suaquemque voluptas, embajador (a cada uno su senda) ¡Dígaselo al presidente Chávez…!"
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> Sé que los sueños no deben contarse porque corren el riesgo de que no se realicen. Sin embargo, uno de mis sueños ya se realizó: el Comandante volvió al país. Otro de mis sueños se está realizando: Venezuela y su pueblo construyen juntos el socialismo. Pienso que la única forma de que este sueño no se realice es que no llegue al Comandante, por eso lo acabo de escribir.
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> Estoy seguro que él lo leerá porque recibe diariamente El Correo del Orinoco. Por lo demás, no estoy totalmente seguro de que, en el sueño, también Adriano no haya leído nunca este diario. Cuando lo vi en el Panteón, cargaba en la mano izquierda un pergamino que bien pudo ser El Correo que, para entonces, se publicaba en latín y en griego.