En la historia de la humanidad las religiones han causado más daño que beneficios: Las cruzadas, la inquisición, el aniquilamiento de culturas indígenas. En el nombre del mismísimo Dios, y así lo hicieron los españoles, destruyeron el Imperio Azteca, Inca, la ciudad de Texnoticlan matando a casi 40.000 de nuestros aborígenes y robando su oro.
El 12 de Octubre de 1492, en el nombre de Dios y de la reina Isabel la Católica, fue el comienzo del genocidio más grande en la historia de la humanidad; genocidio, saqueo, destrucción, violaciones, etnocidio, despojo, esclavitud, enfermedades,..., fue la suerte que corrió el "nuevo mundo”, 150 millones de nativos de nuestras etnias aborígenes fueron exterminados y su sangre derramada en el suelo Suramericano en el nombre de Dios.
Hoy, denuncias por abusos sexuales por parte de sacerdotes, de la no tan santa iglesia católica, volvió a poner en escena uno de los secretos más guardados del Vaticano. Las operaciones de Benedicto XVI y, de las cúpulas podridas de la Iglesia Católica para ocultar los miles de abusos de los curas pederastas. Sólo a manera de ejemplo, se pueden mencionar:
En Brasil, en los últimos años han sido denunciados 1.700 sacerdotes por abusar de niños y adolescentes.
Por otra parte, el responsable de los monaguillos de Varna, región de 4.000 habitantes en el Valle de Isarco, norte de Italia, fue detenido acusado de violencia sexual contra niños y de producción y tenencia de material pornográfico.
Principios de esta semana eran ya más de 1200 los ex alumnos de seis colegios católicos alemanes los que habían roto el silencio para denunciar que fueron víctimas de abusos sexuales por parte de sus pastores.
Veinte sacerdotes alemanes en tanto fueron acusados en el curso de las últimas semanas de abusos sexuales en la diócesis de Treviri.
El padre Edson Ives dos Santos, que a los 64 años “era un santo varón” para las beatas brasileñas que se postraban ante el confesionario, reconoció que planificaba su aberrante liturgia en base al “Manual del Cura Pedófilo”, un cuadernillo que circula desde hace meses entre los sacerdotes con inclinaciones non sanctas.
El antecedente norteamericano: En 2002 salió a la luz que, desde 1950, más de 5,000 religiosos habían abusado sexualmente de más de 12,000 menores de edad. La Iglesia se vio condenada a pagar más de 2,000 millones de dólares de indemnización.
El caso irlandés: En noviembre de 2009 se dio a conocer el informe Ryan, en el que quedan documentados un total de 35,000 casos de maltrato y violación de menores por parte de miembros de la Iglesia Católica de ese país.
Al descubierto ha quedado la forma poco piadosa que la Iglesia tiene de enfrentarse a ese tipo de faltas. Merced a un edicto del Papa Juan XXIII, promulgado en 1962 y ratificado en 2001, la Iglesia está obligada a tratar los casos de gravis pasionis aestus, eufemismo utilizado para designar la ruptura del voto de castidad, sin embargo en el mismo edicto otro eufemismo secretum pontificium, relacionado con la actividad sexual de los clérigos establece que, la misma, refiriéndose a la actividad sexual, debe ser ventilada y resuelta internamente, es decir, al margen de las leyes civiles.
El actual Papa Benedicto, un ultra reaccionario, fue arzobispo de Múnich de 1977 a 1982, cuando el Vaticano le encomendó dirigir el organismo responsable por la investigación de los casos de abuso. Durante ese tiempo, fue duramente criticado por señalar que incluso los casos más graves de abuso debían ser investigados en el seno de la iglesia.
La teóloga Uta Ranke-Heinemann dijo a IPS que la Iglesia Católica “desde el Vaticano hasta los sacerdotes en el llano ayudaron a garantizar la impunidad absoluta de los abusadores. Existen dos documentos internos (que muestran) que la Iglesia Católica se toma el trabajo de mantener el abuso en el secreto absoluto”.
El primer documento,”Crimen sollicitationis” (en latín, delito de solicitación), data de 1962 y fue escrito por el cardenal Alfredo Ottaviani, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, anteriormente conocida como la Inquisición.
El segundo documento, “De delictis gravioribus” (Sobre delitos más graves), fue redactado en 2001 por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, el actual papa Benedicto XVI, quien también fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
“Ambos documentos, que hoy están en posesión de todos los obispos católicos del planeta, ponen énfasis en la exclusiva competencia del Vaticano sobre los delitos sexuales como la pedofilia”, dijo a IPS Ranke-Heinemann.
“En las cartas, Ottaviani y Ratzinger ordenan a los obispos del mundo a denunciar exclusivamente al Vaticano los abusos sexuales que los sacerdotes cometen contra los niños, bajo la amenaza de la excomunión. Estas amenazas provocaron una obstrucción total de las indagaciones judiciales, de otras acciones de aplicación de la ley, y la impunidad”, agregó Ranke-Heinemann.
El máximo responsable de la Iglesia en Tenerife, el obispo Bernardo Álvarez, al referirse, con semejante desvergüenza, al grave problema de los abusos a menores, en una entrevista en el diario local "La Opinión"expresó:
"Puede haber menores que sí lo consienten, refiriéndose a los abusos y, de hecho, los hay, adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan".
Los que saben de los escándalos de la Iglesia se preguntan: ¿Quiénes son esos hombres que afirman tener la verdad sobre Cristo y aun así mienten y encubren los abusos sexuales a niños cometidos por sus propios sacerdotes? los abusos sexuales de menores, por parte de sacerdotes, son el acto más cobarde, aborrecible, vil, mas abominable e indecente, pues no sólo violan el celibato, sino que, en su mayoría, son de naturaleza homosexual.
Jesús, el Dios de los católicos, de los curas y de las monjas, siendo implacable con los violadores de niños, dijo:
“Mas quien escandalizare a uno de estos parvulillos, que creen en mí, mejor le sería que le colgasen del cuello una de esas piedras de molino que mueve un asno, y así fuese sumergido en el profundo del mar” (Biblia: Mateo, Capítulo 18).
Los curas pederastas no son simples seres humanos que se equivocan, por supuesto que no, se trata de personas que forman una organización muy importante, que ha buscado crearse una imagen de santidad y que durante siglos lo consiguieron, en el pasado la mayoría de los padres de familia católicos sentían que sus hijos estaban en las mejores manos, cuando en realidad en bastantes ocasiones estaban en manos de depravados. ¿Cómo perdonarle a un sacerdote que abuse de un menor? Un sacerdote así y no se me ocurre otro caso donde la fábula esta mejor ilustrada, solo es comparable con en el cuento aquel del lobo disfrazado de oveja.
No basta que el Papa Benedicto XVI exprese públicamente su “vergüenza y remordimiento” ante las víctimas de los abusos sexuales. No es suficiente. Es tiempo que la sociedad rompa el silencio y examine el tema de la pederastia clerical abiertamente, desnudando el hecho del velo religioso con el cual se pretende cubrir. Los sistemas judiciales están en la obligación de tomar medidas para enfrentar, enjuiciar y detener estos hechos delictivos, y satisfacer la demanda de las víctimas que exigen el castigo a los culpables, pero esto será sólo posible, cuando los Estados entiendan su obligación de dejar de financiar las actividades de la Iglesia católica y sus representantes pederastas.
(*) Oscar Rodriguez es usuario seguidor del perfil de la corriente revolucionaria en el Facebook
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