Estados Unidos y Venezuela acordaron el viernes reiniciar conversaciones sobre temas energéticos y de cambio climático, en un raro movimiento de acercamiento entre gobiernos enfrentados políticamente por ganar influencia en América Latina.
En su primera visita en seis años a Washington, el ministro de Energía venezolano, Rafael Ramírez, se reunió con su contraparte estadounidense, Steven Chu, para discutir asuntos técnicos de energía que afectan a ambos países, cuya relación comercial es fluída pese a las diferencias ideológicas.
"Pese a que Estados Unidos y Venezuela ciertamente no están de acuerdo en todos los temas, el secretario Chu y la administración creen que el diálogo sobre asuntos energéticos y climáticos es importantes para los dos países", dijo el Departamento de Energía estadounidense en un comunicado.
Washington es el principal cliente petrolero de Venezuela, mientras que el país latinoamericano es el cuarto proveedor externo de crudo al mercado estadounidense.
Ramírez, un duro crítico de las petroleras estadounidenses, también aseguró que Venezuela quiere retomar el diálogo en esta materia, que había sido congelado en medio de una batalla dialéctica entre el Gobierno del ex presidente estadounidense George W. Bush y el Gobierno de Chávez.
"No vinimos a buscar inversores. Vinimos a hablar entre gobiernos", dijo el funcionario latinoamericano, quien en la víspera recomendó a las compañías norteamericanas invertir en la industria petrolera venezolana.
"De nuestra parte tenemos toda la disposición de escuchar para establecer los niveles de información necesarios y volver a poner a funcionar esos mecanismos de intercambio de información", explicó.
Chávez nacionalizó en el 2007 los multimillonarios proyectos de crudo pesado de la Faja del Orinoco, lo que provocó la salida del país de las petroleras estadounidenses Exxon y Conoco, que interpusieron demandas contra el país por la toma de sus activos.
Sin embargo, otros pesos pesados de la industria, incluyendo la estadounidense Chevron, la británica BP y la francesa Total, decidieron aceptar los términos propuestos por Caracas y permanecer como socios minoritarios de la estatal Petróleos de Venezuela.
La llegada de Barack Obama a la Casa Blanca distendió momentáneamente las relaciones, que llegaron a su punto más bajo a finales del 2007 con la expulsión del embajador estadounidense en Venezuela.
Sin embargo, Chávez ha seguido criticando al Gobierno estadounidense por considerar que sus políticas comerciales y diplomáticas hacia la región siguen siendo "imperialistas".
Además de Chu, otros importantes funcionarios estadounidenses asistieron al encuentro con Ramírez -incluyendo Richard Duddy, embajador en Venezuela, y Cheryl Mills, jefe de Personal de la secretaria de Estado Hillary Clinton-, lo que sugiere un importante paso en el diálogo binacional.
"Esto es un paso hacia adelante", dijo Chu a periodistas antes de iniciar la reunión. "Creo que vamos a hacer buenos progresos", agregó.
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