A finales del 2009, nació una nueva experiencia, de las más importantes, que se han propiciado en la construcción del nuevo modelo societario que nos viene proponiendo construir el camarada Hugo Chávez: el Socialismo. Se inauguraba la Arepera Socialista de Bellas Artes, el ministro de comercio de ese entonces, el camarada Eduardo Samán anunciaba: “Para el primer trimestre del 2010, por lo menos vamos a tener dos Areperas Socialistas, y todo dependerá de la organización de las comunidades para tener estas areperas. La comunidad que identifique un local que tenga las características para la instalación de una arepera, el Ministerio del Comercio va a apoyarlo…” (YVKE Mundial, 26-12-2011). Cada arepa costaba, en ese entonces, 5 BsF, todos los ingredientes de las arepas provenían de Pdval, Mercal, La Gaviota, Lácteos Los Andes y la CVA, valga decir, eran producidos por las empresas socialistas recuperadas de la propiedad capitalista. A cambio de 5 bolívares era posible disfrutar de una gran variedad de sabores: pernil, asado, queso amarillo, queso blanco, pollo, carne mechada, paté de sardina, atún, revoltillo, salchicha, camarones, pulpo, chicharronada, ensalada de gallina, y la sin par “reina pepeada”. Además de poder acceder a una suculenta arepa, la Arepera Socialista se convertía en un centro de difusión de los nuevos valores de la sociedad por construir, su llamado a la franqueza y honestidad de las venezolanas y venezolanos; pues, en primera instancia, los/las personas piden y disfrutan sus arepas, y finalmente es cuando cancelan su costo. El modelo capitalista lo hace al revés: paga primero, y come después. Asimismo, ese experimento social, nos permitió poder ver, en presencia activa, durante los días de la semana, al mismísimo ministro de comercio, el camarada Samán, despachando arepas, realizando Trabajo Voluntario.
Ese mismo día que se inauguraba la Arepera Socialista, nacía Comerso, Comercio Socialista, indicativo que el ministro Samán, apuntaba alto, “Chávez anunció que Comerso contará con varias filiales: tiendas del Alba, automotriz, economía popular, tiendas virtuales, máquinas expendedoras, areperas socialistas, mercado mayorista, ferias, farmacias y comercio exterior…” (Prensa MinComercio, 22-12-09). Nada más y nada menos, construir el mercado alternativo, el mercado Socialista. Eran tiempos de dura confrontación de clases, los representantes de la burguesía retaban al Gobierno Revolucionario, “YO SI ACAPARO LOS VEHICULOS, YO SI ESPECULO, PERO DOY EMPLEO”, decía un rancio descendiente de los “amos del valle”, hoy prófugo de la justicia. Ante tamaño desplante de la burguesía, surgía entonces, la posibilidad cierta de construir ahora y no para un futuro incierto, una nueva forma de hacer comercio, a precios justos, cero especulación, cero explotación, cero plustrabajo. Vaya reto, de gran envergadura. La realidad posterior, nos dice cuán difícil es esa tarea; la sola salida, del camarada Eduardo Samán, del ministerio de comercio, nos habla de lo que vendría posteriormente.
Pasados casi ya, 2 años, del nacimiento de ese experimento social llamado Comerso, la realidad imperante nos habla es de su fracaso. Las Areperas Socialistas, dejaron de llamarse como tales, para denominarse ahora Arepas Venezuela. Los locales cedieron sus espacios a nuevas experiencias, el capitalismo se introdujo como “Pedro por su casa”, ahora en las Arepas Venezuela se expende comida, y la arepa capitalista se insertó en sus vitrinas con nuevo precio, quince bolívares fuertes, 15 BsF, con una nueva denominación: “arepas especiales”, carne, pernil, pepitona, atún, queso amarillo, salchicha, cazón. Mientras que, a las “arepas socialistas” ahora se les denomina “solidarias”, restringiéndoles sus sabores apenas a: jamón y queso, caraota, queso blanco, sardina. Es la victoria plena del capitalismo sobre el Socialismo, a eso se han reducido las Areperas Socialistas.
Visitar una Arepera Venezuela, es como entrar a un espacio en el cual se desarrolla a plenitud el comercio capitalista, puedes consumir un plato de arroz con papas a vapor a 25 BsF, un pabellón a 25 BsF, un minestrón a 25 BsF, un pollo a la broster con arepitas y ensalada más agua a 40 BsF, pasta larga o corta a 25 BsF. En otras palabras, los precios nos indican que, cuando vamos a un comercio capitalista de comida a consumir un almuerzo, los precios que antier no más, denunciaban como especulativos, no se diferencian en mucho con los del comercio que pretende el Gobierno Revolucionario presentarnos como alternativa. Pero, la derrota de la experiencia Socialista en comercio, no solo se expresa allí, sino que, como sucede en la Arepera Venezuela ubicada en Los Símbolos, en un pequeño local adyacente al barrio, allí nunca se consiguen las solidarias (Socialistas), solo especiales a 15 BsF. Con razón, los comensales se dirigen hacia el mercado capitalista vecino a esa arepera, que se consiguen a 8 BsF, más grandes y más rellenas.
Pero con la entrada del capitalismo, a las antier llamadas Areperas Socialistas, hoy Arepas Venezuela, también penetró la mala alimentación; hasta antier, los jugos eran naturales producidos por nuestros Lácteos Los Andes, hoy como alternativa a lo natural, copa sus neveras los refrescos, el nestea, el agua mineral. Y con la entrada del capitalismo, sobrevendrían también otros de sus males, la confrontación social. “Los trabajadores de las distintas Areperas Socialistas de Distrito Capital hacemos un llamado al ministro de Alimentación, Carlos Osorio, y al Vicepresidente de la República para que nos reincorporen a nuestros puestos de trabajo y nos paguen los beneficios laborales con los que contábamos anteriormente cuando formábamos parte del Ministerio de Comercio”. Así lo declaró Carlos Luis Rivero, C. I. 15.801.992, en compañía de Mayerlyng Guillén, C. I. 11.407.976, ambos asistentes de servicios de la Arepera Socialista de Fuerte Tiuna (DC). Rivero explica que desde el pasado 31 de mayo todo el personal de esas areperas, ahora denominadas Areperas Venezuela, pasó a formar parte del despacho de Alimentación y cerraron el contrato anterior con el Ministerio de Comercio en buenos términos; sin embargo, “en el nuevo contrato, que no todos los trabajadores accedimos a firmar, se estipulan consideraciones como 15 días de utilidades y siete días de vacaciones, lo que desmejora a gran escala nuestras condiciones laborales anteriores”. Guillén agrega que muchos de los trabajadores que accedieron a firmar este contrato con el Ministerio de Comercio han sido despedidos posteriormente o transferidos de sede o de cargo, desmejorando también el servicio que brindan estos espacios de alimentación…”(Aporrea, 27-07-2011).
China, luego de su apertura a la economía de libre mercado o liberalismo económico con la tesis política de los nuevos “mandarines” de “un país, dos sistemas” a adoptado más bien un modelo económico capitalista. Con la entrada de China al marco del capitalismo, sobrevinieron los males de antaño, tal como lo refleja el Informe de Desarrollo Humano de China, año 2005: “Pese a un notable progreso en la apertura del acceso a la educación, sigue habiendo serios desequilibrios. Las áreas rurales han quedado muy atrás de las ciudades y la población analfabeta de China se concentra en las áreas rurales. Sigue habiendo grandes diferencias en la calidad de las escuelas y la brecha entre las oportunidades educativas se ensancha conforme aumenta la edad de los estudiantes (…) También sigue habiendo brechas significativas en la salud de los residentes urbanos y los rurales, así como entre los residentes de distintas regiones. La mortandad infantil y materna son dos veces más altas en el campo que en las ciudades… Todos los indicadores muestran claras brechas de nutrición entre los niños rurales y los urbanos.”
“La acumulación de la riqueza en un polo -escribió Marx – es, en consecuencia, al mismo tiempo acumulación de miseria, sufrimiento, esclavitud, ignorancia, brutalidad, degradación mental en el polo opuesto, es decir, de parte de la clase cuyo producto toma la forma de capital.” En el capitalismo no hay, ni habrá, solución a los grandes males de la Humanidad…
Henry Escalante
Caracas, 31 de julio de 2011
Caracas, 31 de julio de 2011
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