EL PODER POPULAR, EL PARTIDO Y LA CONTRADICCIÓN ESTADO BURGUÉS PODER POPULAR
1.- CONTEXTO HISTÓRICO Y POLÍTICO: la Revolución Bolivariana como proceso de cambio puede ser considerada de carácter sui géneris, pues aunque es el producto de la respuesta popular a las contradicciones generadas por la crisis estructural del capitalismo, el mismo tiene tres características fundamentales que lo diferencian de procesos históricos revolucionarios que se han dado en el mundo con anterioridad.
a) El carácter popular de la misma: a diferencia de revoluciones como la rusa, la cubana y otras como la nicaragüense, la Revolución Bolivariana surge de un proceso complejo de expresión de las masas, donde la vanguardia se genera de forma no orgánica ni estructurada en un partido, como el caso de las revoluciones antes mencionadas, y es el producto histórico de coyunturas generadas por revueltas populares que no han sido resueltas ni definidas (la lucha independentista y la federación). La coyuntura actual ve su nacimiento en los estallidos sociales del 27 y 28 de Febrero de 1989, hecho histórico éste que determina el carácter popular de la Revolución Bolivariana , donde es el pueblo el que asume de forma espontánea y sin ninguna vanguardia orgánica que lo guíe (partido), la lucha por su liberación.
b) El carácter pacífico de la Revolución Bolivariana : El fenómeno social que determina el nacimiento de la Revolución Bolivariana , el cual es producto del carácter de masas y popular del mismo, genera por consiguiente un proceso inédito en la historia de la humanidad, en el cual contraviniendo cualquier lógica revolucionaria brinda la oportunidad para que los sectores populares impulsen un “gobierno de salvación nacional” a través de los mecanismos electorales propios de la democracia burguesa, lo que genera las posibilidades de la toma del poder por los revolucionarios sin el planteamiento de la lucha armada o de la lucha violenta, que además permite la destrucción, aniquilación y neutralización del enemigo de clases, esta condición genera un escenario pacífico, de convivencia “obligada” de un gobierno revolucionario, en un estado burgués y en una sociedad capitalista.
c) El planteamiento táctico electoral: El hecho de que la revolución Bolivariana como hecho político, tiene gran asidero en las masas y que es producto de la conciencia política de los sectores populares sobre la necesidad de la lucha de su liberación contra la burguesía y el capitalismo, ha permitido generar un planteamiento táctico para mantener el poder, basado en la confrontación electoral con la burguesía y sus aliados históricos (AD, COPEI, y partidos de derecha) ha impuesto una dinámica de carácter netamente coyuntural y táctico, donde “lo estratégico ha sido suplantado por lo urgente” y nos ha sumergido en una suerte de centrífuga electoral que expele vicios que poco nos diferencia de los procesos electorales burgueses propios de la sociedades capitalistas.
Estas tres características fundamentales de nuestro proceso, acompañadas de las características del modelo capitalista, mono productor, rentista y dependiente de las importaciones de bienes manufacturados en el mal llamado primer mundo y que es producto de la división internacional del trabajo impuesta desde el imperialismo, genera como producto histórico un momento social en el que las riquezas producidas por la expoliación de las riquezas naturales de nuestro país se quedaban como riqueza para el imperio y sus cómplices naturales: “la burguesía criolla”. Que a efectos de la repartición grosera de las riquezas naturales de nuestra nación, se queda con el papel parasitario de ser importador de partes para ensamblar productos como proceso que les permita adueñarse de la riqueza producida por el trabajo de la clase oprimida.
Así pues, el escenario nos coloca grandes tareas que como revolucionarios debemos ejecutar para no perder el objetivo estratégico de la Revolución que no es otro que la construcción de la Sociedad Socialista sin menospreciar las tareas tácticas que nos permita generar una transición entre el capitalismo atrasado que se nos impuso desde el imperio y la sustitución de las relaciones de producción necesarias para el desarrollo de un nuevo modelo productivo basado en la resolución definitiva de la contradicción Capital Trabajo.
La estrategia fundamental, tomando en cuenta que en el capitalismo, las relaciones de producción opresoras, son sostenidas sobre el aparataje del estado burgués, no puede ser otra que la destrucción de ese andamiaje, y para resolver ese enigma no es posible otra cosa que a través de la forma histórica en la que nuestro pueblo ha logrado arrebatarles conquistas al capitalismo anacrónico a y su burguesía parasita: el empoderamiento popular.
Este “empoderamiento popular” debe ser de carácter revolucionario para que permita el protagonismo de las masas por encima de la lógica que impone el capitalismo en la que los intereses de la burguesía están por encima de los intereses del pueblo surgiendo la categoría histórica llamada “Poder Popular”, como una expresión del planteamiento de una democracia protagónica y participativa que dé al traste con el modelo de democracia representativa en la que el pueblo delegaba el poder a una camarilla política, que terminaba utilizando la representatividad para cumplir con las necesidades de la burguesía y el imperio norteamericano que eran impuestas a través de las recetas económicas de los organismos multilaterales que desde los centros de poder del imperio se manejan (FMI, BM, BID), traicionando, defraudando y frustrando las expectativas del pueblo que los elegía.
2.- EL CONTEXTO GEOHUMANO: El capitalismo venezolano y su burguesía parásita, generaron además, relaciones de producción y relaciones de poder, en las que siempre el pueblo era el menos privilegiado, generando así un modelo de desarrollo demográfico en el que dado el carácter importador de la burguesía, el desarrollo de los asentamientos humanos, estuvo más relacionado a los puertos marítimos que a las necesidades y realidades culturales de la población, es por eso que aproximadamente un 70% de la población venezolana, se encuentra concentrada en las ciudades del eje norte costero, favoreciendo el modelo de ciudades como centros de consumo y no como centros integrales de desarrollo geohumano.
Así se genera un modelo de ciudad, basado en el privilegio geográfico de la distribución de mercancías y no del hábitat humano, generando un desequilibrio en el desarrollo geo-espacial, relegando a los sectores populares a vivir en zonas con “precios marginales de la tierra” y que por lo general son de alto riesgo y carecen de servicios públicos, mientras que a la burguesía, pequeña burguesía y clase media o profesionales asalariados se les privilegia con espacios cercanos a las zonas comerciales, con grandes vías de acceso y servicios públicos, que favorecen el consumo como base del desequilibrio geo-humano que caracteriza el ordenamiento político territorial de nuestra nación.
3.- EL CONTEXTO DE LAS RELACIONES DE PODER: el poder, entendido como la expresión de opresión de una clase sobre otra, se ve evidenciado en lo que se ha llamado EL ESTADO que no es más que una parte de la superestructura de un sistema o modo de producción que desde la premisa marxista es la expresión del poder de la clase dominante.
Partiendo de esto, es conveniente considerar al aparato estatal venezolano como un Estado burgués en el que sus estructuras obedecen (a pesar de tener un gobierno revolucionario) a la lógica del capital y no a la lógica de lo social, por lo que intentar cambiar la realidad antes descrita desde este aparato, es además de iluso, científicamente imposible.
4.- EL PODER POPULAR COMO BASE DE LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO SOCIALISTA: Partiendo del hecho de que el objetivo histórico, estratégico y fundamental de la revolución bolivariana es la construcción de una sociedad socialista, es necesario considerar la necesidad de sustituir las relaciones de producción las relaciones de poder y las relaciones sociales de la sociedad capitalista. Esta transformación debe conllevarnos a un estado de la sociedad en el que la relación de poder deben estar determinadas por un nuevo modelo de estado que determine unas nuevas relaciones de poder.
El corazón de este nuevo estado como podemos deducir, está determinado por la relación pueblo-estado determinada por la preponderancia de los intereses del primero sobre los intereses del segundo, siguiendo la lógica ya descrita, es el estado en el que la clase dominante sea la clase trabajadora o clase popular, que ha sido históricamente marginada y oprimido por el capitalismo y esto sólo es posible en la medida en que se destruya el modelo del ejercicio de poder bajo el esquema representativo. Ahora bien, lograr esto sin tomar en cuenta lo geo-humano, es igualmente una necedad, pues el modelo capitalista que se empeña en dispersar, atomizar y caotizar, las relaciones de producción, obliga a establecer unas nuevas relaciones de poder cuyo punto de inicio sea la comunidad como célula geo-humana básica de la nueva sociedad.
Lo antes explicado debe ir acompañado de una nueva forma de ejercer “el poder”, caracterizada por lo que nos hemos empeñado en denominar el “autogobierno” que no es mas que la práctica de las relaciones de poder, basado en la capacidad humana de determinar su propio destino (autodeterminación) a través del impulso de los consejos comunales como expresión de gobiernos comunales auto determinativos, como estructura básica de un poder popular determinado por el desarrollo de la capacidad de autodeterminación y el autogobierno.
Tomando en cuenta que en el socialismo la producción se encuentra orientada a satisfacer las necesidades humanas, y no al desarrollo de un modelo de consumo, en el que se prioriza lo superfluo, lo innecesario y lo excedente para generar ganancias a una clase dominante, cobra fuerza el hecho de que el nuevo estado comunal genere nuevas relaciones de producción, siendo la comunidad como célula geo-humana, el punto de partida de la planificación de la producción.
Ahora bien, tomando en cuenta que el ser humano es un ente biopsicosocial, con capacidad de transformación de su medio, se impone la necesidad de que a través del desarrollo de su capacidad de autogobernarse se resuelvan de igual manera sus necesidades de servicios para garantizar la calidad de vida, sin embargo, por las dimensiones de necesidades de los servicios y por las necesidades de las dimensiones de la producción de algunos bienes es necesario que se generen interrelaciones dinámicas de células geo-humanas (comunidades) que es lo que la Revolución Bolivariana se ha empeñado en llamar: “Comunas”, como estructuras que cumplan con el propósito fundamental del desarrollo de redes complementarias de intercambio de bienes y de mecanismos mancomunados o unificados de ejecución de políticas de servicios.
Tomando en cuenta que en la actualidad, existe un modelo desequilibrado de desarrollo de los asentamientos humanos es necesario que el poder popular vaya de la mano con estrategias de redefinición geopolítica nacional para lo que la Revolución Bolivariana ha desarrollado un modelo de desarrollo geo-humano de carácter celular basado en varios niveles a saber:
1. Comunidad (consejos comunales)
2. Comuna
3. Ciudad Comunal
4. Distritos de desarrollo.
5. Ejes de desarrollo Territorial.
5.- LA CONTRADICCIÓN ESTADO BURGUÉS PODER POPULAR: La crisis del modelo democrático burgués, que nace con el pacto de punto fijo, tiene como punto de quiebre la crisis que surge entre la estructura política y la superestructura del modelo capitalista cuando la clase dirigente no es capaz de responder a las expectativas de la población y surge un quiebre de la hegemonía, sin que exista necesariamente un cambio de modo de producción, lo que genera cambios en la estructura (en lo político) pero no en la superestructura (Sistema o modo de producción) , es así como lo que en principio cambia es la estructura política del país y de sus actores políticos o dirigencia, y no necesariamente en el sistema.
Sin embargo, el cambio de dirigencia política más que el producto de la incapacidad política de la dirigencia, es producto del desgaste del modelo representativo de la democracia burguesa, por lo que el cambio de la superestructura es más que una necesidad, una consecuencia lógica del compromiso de cambio, que surge de la crisis, pero como el cambio en la superestructura no es un hecho decretable, por lo general termina persistiendo en una especie de transición que nuestro comandante trato de explicar con Gramsci y su tesis de los bloques históricos diciendo:
“Esta crisis se manifiesta entre la resistencia de lo viejo por extinguirse y la lucha de lo nuevo por emerger, por brotar, por salir a la superficie. En palabras de Gramsci: “La crisis consiste en que muere lo viejo sin que pueda nacer lo nuevo”. ”
Es esta crisis, limbo o transición es lo que hemos definido como el producto de la contradicción estado burgués – poder popular, generada por la visión reformistas de algunos camaradas que han logrado llegar a ciertas cuotas burocráticas del estado burgués que se niegan a implementar medidas orientadas a la destrucción de esa estructura producto de las relaciones de poder capitalista y terminan siendo el peor enemigo para que el nuevo estado, ese que hemos descrito que nace desde la comunidad como instancia básica de poder basado en el autogobierno y como punto de partida del modelo económico basado en la producción planificada, o eso que hemos llamado el “poder popular” generador del nuevo “estado comunal”.
Es por ello que observamos en nuestra revolución, situaciones de confrontación entre las instituciones burocráticas del estado burgués y las nuevas expresiones de gobiernos comunitarios que se impulsan desde la línea estratégica “Democracia protagónica y participativa” del 1er Plan socialista de la Nación, mejor conocido como el Proyecto Nacional Simón Bolívar.
Ahora bien en la relación descrita anteriormente, en la que se hace necesario que muera el estado burgués para que nazca definitivamente el nuevo estado socialista de carácter comunal, pues su convivencia representaría un grave problema que mantendría en peligro la pretensión de la revolución, sería estúpido pretender que la condición característica de la burocracia como clase nos garantizaría el desplome de la estructura o como diría Carlos Roldán:
"La burguesía tiene un aliado, que es el aparato estatal burgués y sí los revolucionarios llegamos al aparato estatal burgués sin una orientación política para ese accionar dentro del estado, la burguesía va a tener la posibilidad de burlar cualquier ofensiva que en materia de justicia y de compromiso con las clases populares podamos tener"
Es por ello que decimos que el escenario específico de comprensión del papel histórico del poder popular está determinado por la comprensión revolucionaria de la contradicción descrita en su justa magnitud, siendo ella la base para el combate de las expresiones de desviación conocidas como el reformismo, el burocratismo y la corrupción, pues combatiendo estas desviaciones, podríamos garantizar que los camaradas, con una clara dirección política serian la garantía de la destrucción definitiva de lo viejo que se niega a morir representado por el viejo estado que obedece a las relaciones de producción y de poder burguesas y capitalistas.
6.- EL PODER POPULAR Y EL PARTIDO: La caracterización del proceso revolucionario venezolano, realizado al inicio de este documento, ha determinado la relación existente de la revolución con un partido revolucionario como única instancia de organización del pueblo en revolución y de dirección política revolucionaria, en ese sentido y sin ánimos de hacer historia partidista podemos a partir del hecho que la revolución bolivariana es la expresión de la iniciativa popular no guiada por un partido, más bien capitalizada por una nueva clase dirigente a través de movimientos electorales (MBR-200 y MVR), ha generado un conjunto de condiciones que a efectos de los análisis podemos utilizar algunas consideraciones realizadas y aprobadas como parte de la tesis sobre el partido de la revolución, debatidas en el XIII congreso extraordinario del PCV en el que coincidimos plenamente:
a) Básicamente, se trata de que desde un Estado burgués como el que aun existe en Venezuela, no se puede dirigir la revolución. Históricamente este Estado no es capaz de negarse a sí mismo, y además de su carácter y esencia, se encuentra en una situación de creciente descomposición. Éste, por tanto, es un Estado que aun no es revolucionario, por cuanto mantiene su naturaleza y valores burgueses.
b) Lo anterior demanda la existencia y acción de una vanguardia revolucionaria, que dirija organizada, colectiva y cohesionadamente el esfuerzo creador de las masas. Que propugne valores, principios y conductas dirigidas a superar la hegemonía cultural burguesa dominante. Que coadyuve en conjunción con el colectivo popular organizado en el ejercicio del control social y político del proceso entendido como totalidad.
c) Es en este contexto, en que además se ejercita predominantemente, en forma casi exclusiva, una dirección individual del proceso revolucionario desde instancias gubernamentales, en que el presidente Chávez presenta la propuesta del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
d) Ciertamente, la revolución, en tanto hecho esencialmente político, demanda un órgano de dirección revolucionaria capaz no sólo de arrebatarle ese liderazgo al Estado burgués, sino de destruirlo y construir un Estado democrático popular revolucionario.
e) Ese órgano político es necesariamente un Partido, integrado por cuadros revolucionarios y revolucionarias, que visualice, conceptualice y establezca determinaciones integrales, totalizadoras y de conjunto con respecto a la sociedad y no sectoriales como acontece con las visiones que, en general, aprecian desde una posición de grupo -un ministerio o instituto- las tareas que deben acometerse, a la vez que, lógicamente, justifican acríticamente su propia actuación.
f) El Partido que pueda asumir este rol debe ser capaz, como vanguardia política de la revolución, de generar un enfoque global del proceso sociopolítico, que le permita articular a las masas y facilitarles no solo el control del Estado sino el ejercicio del poder directo sobre y desde las esferas estatales.
Pero además de estas afirmaciones, es necesario precisar el papel histórico que juega un partido revolucionario en el desarrollo de una revolución que no es otro que el de la dirección política de la misma, en el entendido que un partido revolucionaria es la expresión organizativa del pueblo que hace la revolución y que entendiendo la etapa de transición de un modelo a otro, el papel de la dirección política revolucionaria es de mayúsculo protagonismo.
Igualmente es necesario precisar que a diferencia del caos capitalista determinado por la no planificación centralizada del desarrollo y de la economía, el papel de dirección del partido es fundamental en el desarrollo de los nuevos modelos de desarrollo geo humanos, planteados desde la conformación de un estado basado en el poder del pueblo, por lo que decimos que en esta etapa, es el partido y no las instituciones ni las visiones e iniciativas espontaneas y desarticuladas de la población, las que deben determinar el desarrollo de ese poder popular como la base del nuevo estado, pues es el pueblo y no la burocracia la que debe dirigir a la revolución.
Pero ante esta tesis es necesario entender el hecho de que no puede ser un partido burocrático el llamado a ejercer esta dirección, pero a efectos de esta última afirmación, es necesario desarrollar más profundamente el debate del partido como máxima instancia de dirección política de la revolución.
7.- EL PODER POPULAR REVOLUCIONARIO: Antes de caracterizar el carácter revolucionario necesario para que la conformación democrática popular de las nuevas relaciones de poder garantice un cambio histórico y sea capaz de generar la construcción de una nueva sociedad de carácter socialista, es necesario entender que mas allá de popularizar las relaciones de producción y de poder burguesas, es necesario que se parta de la premisa de que el poder en manos del pueblo solo es posible en la medida en que se derrote la lógica del capital como elemento de determinación de estas relaciones.
En tal sentido, es necesario entender que el desarrollo del poder popular se aleje lo más posible de las prácticas replicadoras del modo de producción capitalista, pues de nada valdría el hecho de que la ejecución de políticas a través de los gobiernos comunitarios no resuelva la contradicción Capital-Trabajo que es la contradicción fundamental a resolver en una revolución socialista.
Igualmente podemos afirmar que también es necesario que se parta de la premisa de la autonomía de los gobiernos comunitarios de la dinámica de las instituciones, pues de lo contrario estaríamos al frente de una popularización del estado burgués, en la que la relación estado – poder popular estaría determinada por el papel ejecutor de los consejos comunales de políticas aisladas realizadas y diseñadas desde el escritorio de cualquier burócrata, no permitiéndoles a los autogobiernos, resolver los problemas fundamentales que el capitalismo ha generado en el ámbito de los mismos y ejecutando obras que quien sabe a quién le interesa se ejecute y quien sabe con qué intereses, así pues veremos a un poder popular en sintonía con las expectativas del pueblo y no construyendo una casa comunal que nadie usa cuando la necesidad fundamental es liberar el pueblo del yugo del modelo de producción y distribución capitalista.
El poder popular deberá pues, sin aislarse de la dirección política del partido, planificar la construcción del modo de producción socialista en sus distintas expresiones, en lo que el carácter productivo es fundamental, pues como se ha dicho de forma incansable sin que ello represente mas allá de una catarsis política un cambio de fondo, que “los consejos comunales son mucho más que bloque y cemento”, pero además del carácter productivo, es necesario que los consejos comunales sean capaces también de generar mecanismos de distribución de carácter comunal que sirvan en la etapa de transición para distribuir los bienes y servicios de los medios de producción socializados a través de la estatización o nacionalización, pues de lo contrario, seguiremos estando a merced de las redes de distribución capitalista que al igual que el sistema al que obedecen, tienen un carácter especulativo y han sido utilizadas por el imperio y los enemigos de la revolución, como mecanismos de desestabilización.
Igualmente se hace necesario que el poder popular, asuma de forma militante, el desarrollo de las políticas definidas en el plan socialista de la nación, para que desde su ámbito específico, se pueda comenzar el parto de la patria nueva, asumiendo así las tareas específicas de todas y cada una de las líneas estratégicas del Proyecto Nacional Simón Bolívar.
Pero no todo es color de rosas, dado el hecho de que el estado burgués se niega a morir, es necesario que el poder popular revolucionario, mas allá de ser un mero cumplimiento de metas y tareas, debe representar un salto cualitativo en la ejecución de políticas tendientes a resolver las necesidades del pueblo, por lo que se hace imprescindible el carácter beligerante del mismo, pues de lo que se trata es que sea capaz como poder, de arrancar al poder constituido las victorias que permita la liberación popular. Siendo una victoria en ese aspecto importante el combate a la visión utilitaria que las instituciones le dan a los órganos de autogobierno.
Otro elemento necesario para brindarle el talante revolucionario al poder popular, es la no confusión de estas instancias con estructuras del partido, pues es a partir de la confusión partido-estado que las instituciones manipulan a los consejos comunales, sin contar que esta confusión ha generado incomprensión de la militancia revolucionaria en cuanto al ejercicio del poder popular como mecanismo de liberación de los oprimidos del capitalismo, es por ello que debemos entender, que los consejos comunales, las comunas, las ciudades comunales y el resto de órganos del poder popular, son expresiones del nuevo aparato estatal y que nada tiene que ver con las expresiones organizativas(patrullas, batallones), tácticas(UBB`S 200, UVE) y de dirección del partido (equipos comunitarios, comunales, etc.), por lo que los gobiernos comunitarios, lejos de verse como un apéndice del partido deben verse como objetivos de poder a ser conquistados por los revolucionarios y evitar que caigan en manos de los opositores esquiroles al servicio de la burguesía y del imperio.
Por último elemento en el desarrollo de la categoría de poder popular revolucionario, es necesario entender que es necesario que el partido genere un mecanismo de planificación conjunta con la militancia para el desarrollo de un plan organizado de desarrollo de la comunalizacion de las ciudades venezolanas, como mecanismo para combatir el desorden y la dispersión producto de la réplica del modelo caótico de desarrollo capitalista, pues el desarrollo de la nueva geopolítica nacional, pasa por el desarrollo de esta planificación, pues es el partido y no las instituciones las que deben desarrollar los escenarios hipotéticos de desarrollo de la conformación de consejos comunales, comunas y el resto de instancias del poder popular, como parte de la planificación de la victoria del pueblo sobre la burguesía. Es así que el partido debe asumir una tarea de planificación de conformación de instancias del poder popular para que estas no sean a partir de la generación espontanea, pues es en el capitalismo que no se planifica.
8.- PLAN DE ACCIÓN PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PODER POPULAR REVOLUCIONARIO COMO BASE DE LA NUEVA SOCIEDAD SOCIALISTA:
a) Dotar al partido de una instancia organizativa de dirección orientada de forma exclusiva a la orientación de la militancia sobre el desarrollo de las tácticas necesarias para garantizar que el poder popular se convierta en la base fundacional de la sociedad socialista.
b) Generar el plan maestro de desarrollo del poder popular del PSUV como documento que sirva de guía a la militancia.
c) Incorporar el tema del poder popular a la política de formación ideológica del partido, sin que este se convierta en un contenido aislado de la formación, pues debe ser un medio y no un fin.
d) Implementar desde el partido una política de dirección revolucionaria dirigida hacia fundacomunal y el resto de las instituciones, para garantizar que no se sigan colocando por encima de los intereses populares, los intereses de las instituciones y sus funcionarios.
e) Definir estructuras metodológicas que sirvan para el desarrollo de las gestiones comunales orientadas al Proyecto Nacional Simón Bolívar y a la construcción de la patria socialistas como mecanismos que impidan la réplica de las relaciones de poder y de producción burguesas en los consejos comunales y comunas.
f) Impulsar la conformación de equipos comunitarios del PSUV, para combatir la dispersión de la militancia en los gobiernos comunitarios y así evitar que se sigan dando pactos de nuestros militantes con sectores de oposición para ganar elecciones a otros militantes del partido.
g) Definir la línea política partidista que determine la ejecución de tareas de nuestra militancia comprometida con la revolución en las gestiones de los consejos comunales.
h) Impulsar la ejecución de proyectos a través de la conformación de empresas de propiedad comunal y no a través de la contratación de empresas capitalistas que además de explotar al pueblo, les niega el derecho al trabajo a los habitantes de la comunidad.
i) Planificar la conformación de comunas y salas de batalla, bajo la premisa de lo necesario para la revolución y no de individualidades o grupos.
j) Generar mecanismos de neutralización de los opositores en la conformación de gobiernos comunitarios.
k) Garantizar la Unidad Orgánica de los Revolucionarios en los consejos comunales so pena de sanciones a quien quiebre la unidad, partiendo del hecho de que la unidad debe darse en función a un programa revolucionario para la comunidad y no en las practicas hegemónicas de grupos internos.
l) Generar espacios políticos de planificación conjunta entre los militantes del poder popular y los alcaldes y gobernadores, controlados por el partido y en la que no se genere la hegemonía del poder constituido sobre el poder constituyente.
m) Impulsar iniciativas de producción y distribución planificadas tendientes al estimulo del desarrollo integral y endógeno de las comunidades, combatamos el modelo capitalista, caótico que nos hace recorrer grandes distancias para vender nuestra fuerza de trabajo, el trabajo debe ser obligatorio y en la comunidad o en la comuna.
n) Impulsar mecanismos de construcción alternativa de viviendas, a través de bloqueras comunitarias, distribución de cemento a través de las unidades de abastecimiento comunal y con planes organizados de desarrollos de vivienda fuera de la lógica capitalista.
o) Impulsar modelos de transporte comunitarios que nos permita combatir el chantaje de las mafias transportistas que se prestan para desestabilizar.
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