Autor: Leandro Gracco
Fecha de publicación: 28/02/12
En el desarrollo de cualquier país capitalista, cada paso dado en el avance a una sociedad más justa, produce una particular y original combinación de matices de la democracia burguesa como expresión de diversas corrientes dentro del movimiento socialista. La lucha de clases no desaparece en el período de transición al socialismo, todo lo contrario, se manifiesta en forma renovada, y en ella la burguesía capta más adeptos de los que ya tenía, dentro de las propias filas del movimiento popular, para que representen sus intereses y ayuden a minar desde dentro a la naciente revolución. Ante el quiebre del Pacto de Punto Fijo como forma de gobierno, y la buena perspectiva de victoria de Hugo Chávez en las elecciones del 98, con un apoyo de masas, evidenciado en todas las encuestas, no solo gran parte de pueblo avanzado o de los revolucionarios de los 60s y 70s, le dieron su respaldo, sino que también, los integrantes del oportunismo reformista, corrieron a anotarse a ganador. Es así, como esos representantes del oportunismo reformista, gracias a su experiencia política, lograron captar una gran cantidad de posiciones en la dirección de llamado chavismo. Es así, como esa dirección pequeño burguesa pretende eternizar su dominio, y sus privilegios recién adquiridos, ya que su interés de clase es pasar de la pequeña burguesía a ser plenos burgueses. Por el otro lado, el proletariado guayanés desde los años 60s viene mostrado su combatividad; una de sus luchas mas significativas la dio a finales de los 60 cuando los obreros de la acería SIDOR (Siderúrgica del Orinoco, una de las mas importantes de América Latina para esa época) confrontaron al Estado y a la principal federación sindical de entonces. Con la Nacionalización de SIDOR en el 2008, el Presidente asumió una posición clasista revolucionaria y inició una transformación en las empresas básicas, al el Presidente Chávez exclamar: ¡Me la juego con los Trabajadores!, lo cual originó un gran cambio en la gobernabilidad en las fábricas al implementarse la designación desde las bases obreras de lo que se denominó los Trabajadores Presidentes de algunas empresas, entre ellas ALCASA. Ahora, al día siguiente de la salida del Presidente para Cuba por razones de salud, desde el Gobierno Nacional se anunció la destitución del Trabajador Presidente de ALCASA Elio Sayazo, sin ningún tipo de consulta con los trabajadores, es decir, pateando el derecho conquistado por los trabajadores, la democracia participativa de la clase obrera de ALCASA, lo cual deja en entredicho que dicha medida sea socialista o revolucionaria, todo lo contrario. Conociendo que la designación por los trabajadores, de los llamados trabajadores presidentes, fue un golpe para la pequeña burguesía y la burocracia sindical enquistada en el proceso, debido a las grandes ganancias y comisiones que obtenía con anteriores administraciones de corte pequeño burgués, conociendo todas las maniobras que se han intentado contra la cogestión y el control obrero, y que no habían logrado su meta, ni con falsas denuncias de agresión a mujeres u otras, inventadas para justificar una remoción contrarrevolucionaria, no nos extraña la patada que ahora se le da a la Democracia Participativa que muchos llevan en la boca para vivir de ella. Y si hubiera sido una orden del P>residente Chávez, él mismo ha debido hacer frente a la situación, y así como pasó horas despidiéndose, debió primero dar la cara y oír a los trabajadores, y luego, si lo consideraba pertinente, justificar, cómo y por qué de la remoción, y cómo y por qué de la entrega del cargo a la burocracia sindical, sin participación protagónica de los trabajadores. No nos extrañaría, que si Chávez autorizó el despojo de la democracia participativa a los trabajadores de ALCASA, haya sido en base a informaciones distorsionadas de agentes de la pequeña burguesía en su entorno. Ya lo hemos visto antes, cuando se ha impedido a personas participar en elecciones internas tanto a la Dirección Nacional del PSUV, como para ser candidatos a la Asamblea Nacional, también hay quienes en nombre de Chávez piden renuncias o que pongan el cargo a la orden, y luego se ha evidenciado la falsedad. De la pequeña burguesía hay que esperar eso y más. Cada quien debe cargar con su conciencia y la historia se encargará de poner a cada quien en su lugar, así que no se hagan ilusiones, la historia no los absolverá, sino que le exigirá cuentas. Todos los trabajadores socialistas del país, quienes verdaderamente creen en la democracia participativa que consagra nuestra Constitución Bolivariana, y todos los verdaderamente revolucionarios, debemos ponernos de pie, y en defensa de la Democracia Participativa, y la solidaridad proletaria con los trabajadores de Guayana, rechazar la inconsulta destitución y el nombramiento burocrático. La medida no es contra una persona, ni contra los trabajadores de ALCASA, es contra la clase obrera y contra la revolución. Con Chávez, y el pueblo “viviremos y venceremos” Graccoleandro@gmail.com |
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